Sí, tengo miedo. Tengo miedo a enamorarme, a entregar mi cariño, mi locura, mi pasión, sin saber que puede pasar con ellos. No me gusta el amor, no creo en él. Nada es para siempre aunque lo digan, y menos aún cuando tienes dieciseis años, que sólo eres hormonas con patas, con ganas de salir, divertirte, besar muchas bocas y bailar. Qué le voy a hacer, yo no soy la excepción a esta regla. Pero en él fondo a lo que sinceramente tengo miedo, es a volver a ver a la persona que me ha gusta agarrado de la mano de otra, que me vea y ni me salude, como si no hubiera existido nunca, como si nunca hubiera pasado.

No hay comentarios:

Publicar un comentario